Un horno para la cocina!

Este invierno el frío no nos ha permitido ir a trabajar mucho al campo, y en casa nos estabamos helando, además con la subida de la luz, los radiadores resultan cada vez menos atractivos. Así que decidimos hacernos nuestra propia estufa-horno de cob en medio de la cocina, y calentarnos y cocinar con la madera gratuita que nos ofrece el bosque detrás de casa.

Así iniciamos, la Operación Horno:

   MATERIALES:    Mesa de madera
                                Ladrillos refractarios
                                Cob
                                Tubo chimenea
                                Acople ventana
                                Puerta

 DESARROLLO:

Primero fabricamos un soporte de madera, una mesa, para elevar un poco el horno y aprovechar el espacio.
Sobre la mesa ponemos una primera capa de cob, unos 10 cms, para aislar la madera y que no se nos queme cuando le damos chicha al horno.
Encima hacemos una base con los ladrillos de modo que luego tengamos una base llana para nuestras pizzas:)
Ahora montamos un molde con arena, como esas esculturas de la playa, con la forma que queremos que luego sea el espacio vacío dentro de nuestro horno. Lo que estamos haciendo es un encofrado perdido, y también podemos ayudarnos de cartón o madera en el proceso. finalmente cubrimos el molde con papel mojado.
Lo siguiente es hacer una puerta y colocarla donde va a ir definitivamente(en posición cerrada), así como el tubo de extracción.
Entonces mezclamos el cob y lo vamos aplicando desde la base hasta la altura total del molde, cubriendolo entero una media de unos 2 cms de cob, más cantidad en la base y menos en la coronilla.
Lo dejamos secar 24 horas, y retiramos la puerta con cuidado. Entonces excavamos el molde hasta dejar el hueco vacío. Nos ayudamos del envoltorio de papel para no llegar al cob cuando estamos sacando la arena.
Y para darle fuerza a nuestro pre-horno, hacemos un primer fuego inaugural.
En cuanto sentimos que el horno va secando y endureciendo, es hora de hacer más cob y recubrirlo, esta vez hasta darle el tamaño que deseamos nuestro horno, siempre entrelazando bien el cob consigo mismo.
Cuando tenemos todo el mazacote listo, tenemos que dejarlo secar un poquito para que tome la consistencia necesaria para tallar la forma que nos guste.

Una vez que estuvo seco el horno entero, decidímos revocarlo con un mortero de cal, marmolína y arcílla.

La puerta que se aprecia en la foto ha sido temporal hasta que se quemó, ahora estamos terminándole una de metal con tiro regulable.

Los tres huecos encima de la puerta son para mantener vasos calentitos.