Arovechando estas semanitas de luz solar, y que los muros del taller aún no están secos, me estoy aplicando a embellecer un poco el entorno, además de preparar los bancales, el semillero y un altarcito.
Ahí arriba podéis ver al troll de 2 cabezas que custodia la entrada de Mika, la gata que vive conmigo, ara que n o entren los gatos de los vecinos a canearla cuando yo no estoy.
Los ciruelos ya en flor, me dán voz de alarma para ampliar unos pocos bancales más. Eso si, bancales altos, aprovechando los restos de madera de la obra. Y es que lo de agacharme, me gusta lo justo, y no creo que me vaya a gustar más en el futuro.
Hace años que llevo comprando plántulas, y sinembargo tengo guardadas algunas buenas semillas, así que he decidido construir un espacio ara germinar y producir mis própias plántulas.
Desués de una visita a la granja de Tankián, quedé insirado por su invernadero semillero, y el modo en que sujetaban los cristales desnudos con piezas de metal, como si fueran tejas.
También vi hace poco un PDF con una idea sobre invernaderos semisoterrados... así que uniendo una cosa con la otra, y el montón de ventanas y cristales que he almacenado en los últimos años...
Para los cimientos he usado unos troncos de eucalipto, aunque os aconsejo acacia.
Aquí Ivan y Roberto, dos amores que me están ayudando un montón.
Cada ventana es de su padre y de su madre así que he tenido que montar el tétris lo mejor que he podido.
Como mástil, quiero decir, viga principal, pues otro eucalipto, que me salen gratis... de hecho ya me está jdndo bastante el precio de los clavos y tornillos.
Patri y la luna llena.
Una vez terminada la estructura, es la hora de doblar y agujerear piezas de metal, para preparar unos ganchos con los que agarrar los cristales.
Mientras tanto se me ocurrió que siempre he querido tener un espacio sagrado, donde colocar un altarcito para mis rezos, para fumar la pipa y para practicar movimientos, y en mi afán por despejar todo el desaguisado de la obra, desubrí un espacio, al lado de las ranas, perfecto.
Y el muro, como odéis observar, ya casi está seco!
Hasta pronto!
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